Estas palabras no son mías...



Estas palabras no son mías.
Voy buscando el poema.
El artificio de una nostalgia.
Afuera crece
la sombra
de algún edificio.
En mi boca
un cardumen palpitante.
Lo cuido.
Dejo que se enrede entre mis dientes.
Juego.
Ensayo liberaciones.
Amago susurros.
Elijo el tamaño del grito.
Antes anoto
mi aliento líquido:
hilos
de murmullo ajeno,
pedazos de historias.

¿Cómo separo las palabras de mi cuerpo?
Éstas que digo
¿son tuyas
o son mías?
¿De quién tome prestada la lengua?
¿A quién beso entonces?

No somos más que principiantes
a la hora de decir
un hola
un ¿cómo estás?
Un Te quiero.
Y el plástico que los encierra y contamina

Los pies en el medio de una avenida,
en el medio de un barrio,
una ciudad,
una provincia,
un país,
el mundo.

Siempre a la espera
de un algo,
de un eso,
que erice
como si fuera necesario
para erguirnos ante el cosmos.

Siempre a la espera.
Y así nos armamos.
Retazos.
Un viento murmurador
nos envuelve

El futuro no existe, no.

Sólo la sospecha de lo plácido.


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