No recibo órdenes de nadie. A pesar de ello,
gente no enterada insiste con instrucciones
tanto verbales como escritas. Cuando así
sucede, acostumbro dirigir la vista hacia el
mar, hacia bosques y desiertos que se
extienden en paz sobre mi pequeño mapa.
Ennio Moltedo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario