IV

 

Como siempre, llevas la navaja en el bolsillo izquierdo:
son formas primitivas del amor que todas las mañanas reverberan,
pero la sal, ya lo sabes, penetra más adentro que el filo de la hoja.

Ninguna marea, ni la más alta, basta para borrar una sola gota de sangre:
la memoria no es la herida, es siempre el mar.
 

 
Szpunberg Alberto
en Como solo la muerte es pasajera

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