Triste

 
Cuando al quererlo la suerte
 se mezclan a nuestras vidas,
 de la ausencia o de la muerte,
 las penas desconocidas,
 y, envueltos en el misterio
 van, con rapidez que asombra,
 amigos al cementerio,
 ilusiones a la sombra,
 la intensa voz de ternura
 que vibra en el alma amante
 como entre la noche oscura
 una campana distante,
 saca recuerdo perdidos
 de angustias y desengaños
 que tienen ocultos nidos
 en las ruinas de los años,
 y que al cruzar aleteando
 por el espacio sombrío
 van en el ser derramando
 sueños de angustia y de frío
 hasta que alguna lejana,
 idea consoladora,
 que irradia en el alma humana
 como con lumbre de aurora,
 en su lenguaje difuso
 entabla con nuestros duelos
 el gran diálogo confuso
 de las tumbas y los cielos.

José Asunción Silva

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