Rodolfo Alonso

Buenos Aires, Argentina, 4 de octubre de 1934.

-Poesía Mayor, Poetas del Surrealismo, edición especial para el Ministerio de Educación de la Nación, Editorial Leviatán, Buenos Aires, 2013.
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Círculo de poesía, "Poemas pendientes de Rodolfo Alonso".
 

¿Bajo la luz de qué?
 
¿Bajo la luz de qué?
¿Bajo qué sol?
¿Bajo la voz de qué?
¿Bajo qué cielo vamos,
en qué tierra,
en el aire de qué?
¿Bajo qué pie caímos,
bajo cuál?
¿Bajo el árbol de qué?
¿Bajo qué resonamos?
¿Bajo quién?
¿A la sombra de qué?
 
 
Dones para donar

Te doy lo que me dieron:
aquel sagrado olor
a la tierra mojada,
y esa voz que es el viento
entre las ramas altas.

Devuelvo lo que tuve:
los árboles hermanos,
las flores que modula
la niebla, el grillo, el pájaro
cantando en la garúa.

Ni herencia, ni legado.
Sólo pasión y tiempo.
La intensa vida, el aire,
la mañana radiante
y cielos en los ojos.

No nos llevamos nada.
¿Es que lo merecimos?
La llama del instante,
colores en el sol,
el crepúsculo juntos.

El fuego de la hoguera
donde vamos ardiendo.

¿Y veo lo que me ve?
En el momento justo,
el liso resplandor
del neto mediodía
sobre una mesa blanca

y frutas entonadas
como parientes próximos:
la luz, la gama, el iris,
limones con bananas
y la manzana verde.

En la lluvia cabemos,
instantáneos, de pronto,
íntimos y gregarios,
cercanos y distantes.
La lluvia es nuestro templo.

La canción evidente,
la palabra encarnada,
lo que llegó de afuera
porque sonaba dentro.
¿O es que no somos, lengua?

Y el fuego de la especie,
horizonte y pasado.
 
 
Cara rota

no se ha colmado la medida

lo que has dicho lo que has amado
se tiene ahora bajo el sol
para ser despedazo o festejado

no estás todavía del otro lado
se ha dicho que tienes cosas por decir

no se acabo esto
mientras brille implacable la luz que desordena
todo lo que debe decirse o ser amado
 
 
Cantar no consuela

Joven:
¡Maravíllate! ¡Lávate en tu idioma!
¡Protestacantaescupegimecrece!
¡Ama de amor, ama de un solo golpe, de todo corazón, de buena gana!
¡Vive, huye de las palabras!
¡Sírvete, sírvelas!
 
 
Cierlorraso

Desdicha, vuelta a decir:
artesanía furiosa. Tuya es
la calma impura, la ignorancia
sabihonda. El doble filo
de la desventurada pesadumbre.
 
 
Nosotros

nos otros
nuestros otros
nosotros somos otros
somos el otro nos
somos el otro
somos el otro nuestro
el otro es nos
el otro es nuestro
no sin otros
nuestros
nuestros nos
nuestros nosotros
nuestros otros nosotros
no es otros
nuestro otro
el nos es otros
en el desierto refulgente
estrepitoso y trepidante
en el lago de sed
en el hambre lujosa
la tumba sin silencio

Rodolfo Alonso

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