Recibí tu carta

 
y la leo todos los días
(así es la fidelidad de tu letra)
y es como estar dentro de una barca
en un río tranquilo.

Tus palabras escritas son como el horizonte
o como la línea ideal que los astrónomos trazan
para verificar el paso de un planeta.
Pasaron luces por mi corazón,
pasaron estrellas muertas,
pasó algún planeta sangrante,
el último hijo de Marte,
pero únicamente en vos
pudo fecundar mi amor.
Porque canto.

Hoy, jueves, día de lluvia en
que no sé si te quedaste conmigo
o si yo salí contigo.
La cuestión es que te estoy
hablando todo el tiempo con amor y
bronca por la lluvia que no me deja
oír tu regreso.
Te quiero y te beso.

Alberto Alba

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