Dolor de amar

 

Dolor supremo de amar;
el corazón torturado
por el continuo callar.
Dolor de amar con pecado,
con pecado de ocultar
un loco amor ignorado
que no se puede confiar.

Amor que no debió ser,
que debimos sofocar,
pero en continuo crecer
nos hubo de dominar.

Que nuestros labios sellados
no pudieron traducir.
Amor de ojos abrumados
por el continuo batir
de los párpados mojados.

Tristeza el alma prendida
cuyo misterioso encanto
de ternura indefinida
nos hace errar por la vida
acunando nuestra herida
con la dulzura de un canto.
 
 
Beatriz Eguía Muñoz

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