I
de la percha del confín del mundo colgaba su ojo
su ojo desmoronaba
su ojo provocaba la catástrofe del sueño de arena.
el inmóvil ojo de ginebra
el ojo ancho y bello como un mural de Orozco
(no el ojo usina)
(no el ojo atalaya)
el ojo de persianas de agua
el ojo transparente como el grito de un ahogado
el ojo dibujado con bestias de Altamira
el ojo con pupila de océano lunar.
el ojo fijo de líquido violento
en ojo fijo de líquido endurecido.
su feroz ojo de vidrio
ahora sobre la playa
pesado y detenido
como el huevo de un albatros de amatista.
Hugo Toscadaray
en La isla de la sirena de las escamas de fuego,
1995, Colección elefante en el bazar.
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