Ulalume González de León

Ulalume Ibáñez Iglesias
Montevideo, Uruguay, 20 de septiembre de 1932 - Querétaro, México, 17 de julio de 2009.
Prólogo inútil / Nonsense suite / Lugares / L'esprit de la langue / Contar un cuento / Compromisos semánticos / Canciones casi sin palabras / Problema / Lugar / Jardín escrito / Desiderata / Poema pesimista / Difícil custodia del tesoro interior / Las ventanas - Saltimbanquis (de Guillaume Apollinaire)
 
-Ulalume González de León, Material de Lectura, Serie Poesía Moderna, núm. 131, Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, 2012.
-Guillaume Apollinaire, "Prólogo, selección y traducción de Ulalume González de León", Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, 2011.
-Ulalume González de León, "Plagios: 1968-1979", Fondo de Cultura Económica, México, 2013.
 

Prólogo inútil

Estoy cansado de andar
con los versos bien peinados
y quiero hoy alborotarlos
al viento verlos flotar.

Fuerte viento impresionista
que en la torre del poeta
ha clavado la veleta
en dirección imprevista.

Viento que sopló este día
y tal vez no sople más;
vuelo alocado y fugaz
hacia la barroquería.

El alma la dejo en casa
y vengo a hacer el payaso
con mi vestido de raso
y mis volados de gasa.

Bajo mi sombrilla roja,
entre luces y oropeles,
al son de mis cascabeles
danzaré en la cuerda floja.


Nonsense suite

1

A veces uno se encuentra
con alguien que no está allí
y que al día siguiente otra vez no está allí
y uno se pone a desear
que ese alguien nunca se vaya
para poder no verlo siempre

2

Fui a visitar a nadie
en su casa vacía
y nos dijimos nada
Le di lo que no tengo
Esto pasó mañana

3

Apenas era: era
un umbral no cruzado
Las ganas de saltar
de este lado a aquel lado

Si no hubiera otro lado?
las ganas de saltar
Y perdidas las ganas?
El salto para atrás

4

Corrían tras las palabras
que corrían tras sus sentidos
que corrían

Nadie alcanzó a nadie

Todos corrían por espacios separados
Todos envejecieron


Lugares

No sé donde está el árbol
que me hace estar tán lejos
ahora que se acerca

No sé si yo lo traigo
o si es él quien me lleva

Un hilo desde el fondo de su tiempo
tira de mí y me arrastra
mientras tiro de un hilo
para arrancarlo al fondo de su tiempo

Él llega -árbol entero
Yo de mí misma falto

La memoria nos cambia de lugares
sin movernos de nuestros sitios


L'esprit de la langue

No podrías hablar en pájaro
No podrías hablar en viento
No podrías hablar en mar
Te faltaría
creo
l' esprit de la langue

Lo que han dicho la ola el aire el mirlo
no admite discusión

Tú en cambio tuerces
retuerces las palabras


Contar un cuento

Es el país de Irás y No Volverás
donde los relojes marcan el invierno en punto
y sólo en tu memoria habría primavera
si tuvieras tiempo para recordar
Pero sólo hay tiempo para buscar a la reina blanca

Aquí se congela el corazón y no puede romperse
Aquí se congelan las fuentes del llanto
Aquí se congelan las palabras que designan cosas de colores
y sólo sobrevive la palabra de su nombre
Pero tú no sabes cómo se llama la reina blanca

Se sabe poco de la reina blanca:
que habita un silencio sin ventanas
que habita el castillo de Salsipuedes
que habita el lugar del frío

Se sabe poco de la reina:
que es completarnente blanca
que ni pensando todas las rosas juntas
se podría armar un arrebol en sus mejillas
y que ni con todas las alas de todos los pájaros
se podría emigrar de su invierno en punto

Se sabe poco de ella
Pero no necesitas más para buscarla
ni necesitas más para encontrarla
y avanzar alejándote de ella para siempre
y descubriendo que ya no dejas huellas sobre la nieve
y descubriendo cómo pierdes toda prueba de la vida.


Compromisos semánticos

Ravi el encantador,
sentado junto a una canasta de palabras,
las encantó
y se ordenaron en significados.
Obedecían al encantador
y significaban exactamente
lo que él quería que significaran.

Hay quien inventa
palabras tristes, tristes,
para llorar todos los días.

Humpty Dumpty
preguntó a Alicia qué significaba
su nombre
y se rió
tánto, tánto,
que se le juntaron las comisuras
a la vuelta de la cabeza.


Canciones casi sin palabras

1

Tán lejos
vuela
el pájaro
que entre él y yo cabría cualquier fábula.

2

Había que elegir
entre ser la mañana
o ponerse a escribirla.

3

Oh retama amarilla,
tán amarilla,
tán,
que perdí la costumbre.

4

De una palabra a otra
cambió el viento a la nube
y escribí una mentira.


Problema

Calcular
(dado el producto de la multiplicación de las caricias
el número de golpes de ala por segundo con que la pasión
compensa el peso de los cuerpos
la velocidad adquirida al pensarnos
la resistencia del aire a todas nuestras iniciativas voladoras
el intervalo admisible entre la temperatura máxima y la
temperatura mínima del deseo
las intermitencias con que fabricamos nuestra continuidad
el margen de error tolerable para un ingreso simultáneo
en el olvido que sabes
las probabilidades de reincidir por falta de recuerdo
la mayor o menor necesidad de un postre metafísico al
banquete carnívoro
el porcentaje de limaduras virutas rebabas que pueden ser
recicladas in situ
y la fuerza de gravedad de toda alegría
y la trayectoria asíntota al más estrellado techo)
la condición necesaria y suficiente de este amor.


Lugar

De la intemperie de la noche entro
a este cuarto
De la intemperie de este cuarto entro
a este sueño
De la intemperie de este sueño entro
a tu cuerpo:
túnel de noche por la noche
de sueño por el sueño
adentro que no tiene más adentro
lugar último


Jardín escrito

En el jardín que recuerdo
sopla un viento que mueve las hojas
del jardín donde ahora estoy escribiendo

En el jardín que imagino
sopla un viento que mueve las hojas
del jardín que recuerdo

Y en el jardín donde ahora
estoy escribiendo
sopla un viento que mueve las hojas
sin jardín:
armisticio
de fronda imaginaria y de fronda recordada

pero también las hojas verdes
del jardín donde escribo

pero también las hojas blancas
en que estoy escribiendo
y nace otro jardín


Desiderata

deseo lo que no tengo
(no tu cuerpo que abrazo)
deseo tu deseo
deseo que desees lo que no tienes
(no mi cuerpo que abrazas)
deseo que desees mi deseo
no deseo a quien no desea mi deseo
no deseo a quien no desea que yo desee su deseo


Poema pesimista

Sólo afueras para salir
y sólo adentros para entrar.
Sólo abajos para bajar
y sólo arribas para subir.

Sólo cerrados para abrir.
Sólo abiertos para cerrar.
Sólo entornados… y dudar
entre sólo entrar o salir

¿entre sólo abrir o cerrar?
Sólo querría yo escapar…
si sólo hubiera adónde ir.

Sólo me alivia el escribir:
¡Sólo poemas comenzar,
sólo poemas concluir!


Difícil custodia del tesoro interior

No siempre
despierta con un beso la Durmiente
(y todo un ejército de príncipes podría dejar caer
gota a gota sus besos para horadar su sueño
pero ella fingiría entonces otro más profundo
con sexo y párpados llenos de telarañas)
Empeñada en impávida
superficie de hielo
azul e indiferente
esta bella difícil camufla sus más violentas rosas
Pero uno
a su oído se acerca y pronuncia palabras
y palabras y entonces
descarados
como la escarlatina de una niña pequeña
los colores afloran
tejen la superficie del amor
Y la Durmiente
sin tesoro interior
abre las piernas como una cortesana


Las ventanas

Del rojo al verde todo el amarillo muere
Cuando cantan los aras en los bosques natales
Batida de pihis
Hay un poema por hacer sobre el pájaro que sólo
tiene un ala
Lo enviaremos por mensaje telefónico
Traumatismo gigante
Hace manar los ojos
Qué bonita esa muchacha entre las jóvenes turinesas
El pobre muchacho se sonaba con su corbata blanca
Descorrerás la cortina
Y ahora sí la ventana se abre
Unas arañas cuando tejían luz las manos
Belleza palidez insondables violetas
En vano intentaremos descansar
Hay que empezar a media noche
Cuando se tiene tiempo se tiene libertad
Bígaros Lotte múltiples Soles y el Erizo de mar del
poniente
Un viejo par de zapatos amarillos ante la ventana
Torres
Pozos son las plazas
Pozos
Árboles huecos que cobijan a las Mulatas vagabundas
Los Machos Cabríos cantan desesperadamente
A las Cabras cimarronas
Y la oca ua-ua trompetea en el norte
Donde los cazadores de mapaches
Raspen las peleterías
Reluciente diamante
Vancouver
Donde el ferrocarril blanco de nieve y de luces
nocturnas huye del invierno
Oh París
Del rojo al verde todo el amarillo muere
París Vancouver Hyeres Maintenon Nueva York y
las Antillas
La ventana se abre como una naranja
El hermoso fruto de la luz
 
Guillaume Apollinaire


Saltimbanquis

La farándula se aleja
por el llano entre jardines
por aldeas sin iglesias
cruzando tabernas grises
Los niños marchan delante
Detrás soñando los viejos
Se resignan los frutales
Si los descubren de lejos
Llevan osos monos sabios
Redondas cuadradas pesas
Tambores aros dorados
Imploran una moneda

Guillaume Apollinaire

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