Peso ancestral


Tú me dijiste: no lloró mi padre; 
tú me dijiste: no lloró mi abuelo; 
no han llorado los hombres de mi raza, 
eran de acero. 

Así diciendo te brotó una lágrima 
y me cayó en la boca... más veneno. 
Yo no he bebido nunca en otro vaso así pequeño. 

Débil mujer, pobre mujer que entiende, 
dolor de siglos conocí al beberlo: 
¡Oh, el alma mía soportar no puede 
todo su peso!

Alfonsina Storni

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