Rima XIII


—Allá está la cumbre. 
—¿Qué miras? —Un astro. 
—¿Me amas? —¡Te adoro! 
—¿Subimos? —¡Subamos!
 
—¿Qué ves? —Una aurora 
fugitiva y pálida. 
—¿Qué sientes? —Anhelo. 
—Ésa es la esperanza.
 
—¡Qué alientos de vida! 
¡Qué fuegos de sol! 
¡Qué luz tan radiante! 
—¡Ese es el amor!
 
—¿Qué ves a tus plantas? 
—Un profundo abismo. 
—¿Tiemblas? —Tengo miedo... 
—¡Ese es el olvido!
 
Pero no tiembles ni temas: 
bajo el sacro cielo azul, 
para el que ama no hay abismos, 
porque tiene alas de luz.

Rubén Darío

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