Francisco López Merino


La Plata, Buenos Aires, 1904-1928.

Fuente
-[1] M.H. Lacau & M. Rosetti, “Antología y comentarios de textos”, 1962, Ed. Kapelusz.2 Nota de López Merino, 1923.
-Cecilia Romano, “López Merino, una excursión hacia la levedad”, 2004.
-[3] Jorge Luis Borges, “A Francisco López Merino”, en “Cuaderno San Martín”, 1929, y "Mayo 20, 1928”, de “Elogio a la sombra”, 1969.
 

  Por razones emocionales no pasó de niño poeta, hablan de la maldición de la generación del ´17. María Hortensia Lacau en uno de sus trabajos antológicos se refiere a Merino como quien supo reflejar en un lenguaje traslúcido y sereno, lleno de sugestión y de vaga tristeza, musicalidad y grises resonancias, el pálido mundo de melancolía que le rodeaba. Tenía cinco hermanas, una de ellas murió joven, dicen que fue esa la causa de la melancolía y el tono elegíaco. Gran amigo de Jorge Luis Borges cuando éste volvió de Europa, de hecho junto con algunos integrantes del grupo de Florida como el propio Borges y Leopoldo Marechal formó en 1927 el Comité Yrigoyenista de Intelectuales Jóvenes. La noticia del balazo cuando empezaba a ser conocido por la comunidad literaria no encaja en el entendimiento, fue una tarde de mayo en uno de los baños del Jockey Club de La Plata. En "Cuaderno San Martín" y "Elogio a la sombra" Borges dedica poemas a Panchito.
 
Si te cubriste, por deliberada mano, de muerte,
si tu voluntad fue rehusar todas las mañanas del mundo,
es inútil que palabras rechazadas te soliciten,
predestinadas a imposibilidad y derrota.

Sólo nos queda entonces
decir el deshonor de las rosas que no supieron demorarte,
el oprobio del día que te permitió el balazo y el fin [3]
 
  Para Marcela Ciruzzi, autora de "Poeta niño", la actitud de Merino en ese momento en que la atracción por la sombra superó el derecho y el esfuerzo por vivir, fue la decisión de su destino, su última pasión de autenticidad.
      Su poesía muestra un paisaje de nieblas e intertextualidades desde Homero y Virgilio hasta Edgar Allan Poe, con resonancias de Rimbaud y Baudelaire, a quienes había leído y admiraba. López Merino fue un poeta simbolista que apareció veinte años después del apogeo del simbolismo.

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