La vieja casa en silencio
y ninguno se lo explica,
cómo pasan esas cosas,
tan feliz que parecía.
Mi madre llora en el patio,
Pedro duerme en la cocina
y ninguno se ha acordado
de que coman las gallinas.
María llega de lejos,
ella que nunca venía,
y el tío Luis a mi hermano
le dice un par de mentiras.
El crucifijo de plata
se lo lleva Catalina,
la mecedora, Francisco,
y la mantilla Corina.
El perro no entiende nada,
el gato ya lo sabía,
él fue después del abuelo
el que más la conocía.
La vieja casa en silencio
y ninguno se lo explica,
cómo pasan esas cosas,
tan feliz que parecía
y ninguno se lo explica,
cómo pasan esas cosas,
tan feliz que parecía.
Mi madre llora en el patio,
Pedro duerme en la cocina
y ninguno se ha acordado
de que coman las gallinas.
María llega de lejos,
ella que nunca venía,
y el tío Luis a mi hermano
le dice un par de mentiras.
El crucifijo de plata
se lo lleva Catalina,
la mecedora, Francisco,
y la mantilla Corina.
El perro no entiende nada,
el gato ya lo sabía,
él fue después del abuelo
el que más la conocía.
La vieja casa en silencio
y ninguno se lo explica,
cómo pasan esas cosas,
tan feliz que parecía
Facundo Cabral
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