El poncho del olvido



Aunque el poncho del olvido
sobre mi lomo has echado
los recuerdos del pasado
deben haberte seguido
y como abrojo prendido
a cola de mancarrón
has de ir en tu corazón
siempre dándote un pinchazo
mientras mi nombre de paso
cruza tu imaginación.

Mi nombre siempre ha de andar
dando vuelta en tu memoria
lo mismo que mula y noria
en yunta con el pesar
dormida me has de soñar
y despierta me has de ver
¡pero qué le hemos de hacer!
es al ñudo forcejear
son cosas que hay que aguantar
en las huellas del querer.

Me dejastes tiritando
de un solo empujón
como el gallo de Morón
sin plumas y cacareando
pero no andes boraceando
por lo mal que me has dejado
si hoy soy árbol deshojado
con el tiempo puede ser
que vuelva a reverdecer
y esté de fruto cargado.

El tiento que nos tenía
acollarado a los dos
lograste cortarlo vos
tanto tironea un día.
A la pucha la alegría
desde entonces fue a parar
vos te fuistes a gozar
y yo, qué querés que hiciera,
también rumbié campo afuera
con la desgracia a la par.

Nada tiene duración
en este mundo mezquino
en desparejo camino
cualquiera da un tropezón
vos me distes una lección
que la supe aprovechar
me enseñastes a olvidar
y como lo he aprendido
con el poncho del olvido
también te quiero tapar.
 
 
Andrés Cepeda

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