Madre
ahora que tu espíritu
ya no recorre esta casa
que además ya no es la tuya
porque ahora el resentimiento
se mide en metros cuadrados
y jugamos a la herencia
como chivos expiatorios
esperando ansiosamente
la hora del monopolio.
Madre
ahora que ya no soporto
el desorden de las mañanas
la rigidez de los desayunos sola
sola,
cuando no encuentro los pares
de medias
y mis camisas están arrugadas
sola, cuando hay agua fría
en el calentador
sola,
cuando nos acompañábamos
con inocencia los sábados en la tarde
y que ahora parecen tan ajenos.
Madre
te he confesado que además de
haber enterredo a la muñeca
no he cumplido con tus aspiraciones
de buena ama de casa, madre del hogar,
hijos, nietos, etc.
que me convertí en poeta
que es lo mismo que decir
en poeta suicida
y que por eso
juego y seduzco a la muerte
todas las noches.
Madre
he de confesarte
que sola
ahora, apenas
persigo cucarachas,
persigo cucarachas
persigo cucarachas,
persigo cucarachas
Martha Kornblith
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