Ya el incienso llena el aire
y al deleite sigue el deleite,
una tranquila cena entre alfombras,
tañidos desde el Oriente hasta mi oído,
viejos amigos reposando en colchones brillantes,
viejos cuadros en las paredes, vieja poesía
pensada nuevamente, risas por una mística
estatua de juguete pintada en oro,
té sobre la mesa blanca.
Allen Ginsberg
trad. de Alberto Blanco
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