Estoy cargado como un cañón a bordo un viejo y
[herrumbrado
armatoste que de pronto se pone unas mariposas en
las orejas
un tatuaje en los brazos o
un beso que me dejaron en el estómago
sin para qué que tuvo su porqué de
gris y de llovizna
cuando remamos en el mar de los corales
y un marinero se ponía la mano a manera de visera
y oteaba “el proceloso”
el ruido que hacían las mariposas
no sé pero me cuido muy bien de prender la mecha
por ahora los delfines nos siguieron durante
varios días recorriéndonos las bocas
los peces voladores fueron amables
contertulios desde el fondo de sus
ojos miré el largo cuerpo de Ayesha
que no llegaba que no llegaba
nomás, “los corazones no dejaban casi respirar”
mientras, pienso que pronto tendré que empezar a
dibujar un nuevo mapa del universo y también el
Diccionario
La temperatura del cuerpo es normal
la humedad ambiente alcanza 100 grados
el cigarrillo se consume en el cenicero o en los bronquios
el papel donde revuelvo este disparo
es de color azul como mi camisa
(meticulosamente desabotonada)
y aquí en el Chaco llueve desde hace varios días.
[herrumbrado
armatoste que de pronto se pone unas mariposas en
las orejas
un tatuaje en los brazos o
un beso que me dejaron en el estómago
sin para qué que tuvo su porqué de
gris y de llovizna
cuando remamos en el mar de los corales
y un marinero se ponía la mano a manera de visera
y oteaba “el proceloso”
el ruido que hacían las mariposas
no sé pero me cuido muy bien de prender la mecha
por ahora los delfines nos siguieron durante
varios días recorriéndonos las bocas
los peces voladores fueron amables
contertulios desde el fondo de sus
ojos miré el largo cuerpo de Ayesha
que no llegaba que no llegaba
nomás, “los corazones no dejaban casi respirar”
mientras, pienso que pronto tendré que empezar a
dibujar un nuevo mapa del universo y también el
Diccionario
La temperatura del cuerpo es normal
la humedad ambiente alcanza 100 grados
el cigarrillo se consume en el cenicero o en los bronquios
el papel donde revuelvo este disparo
es de color azul como mi camisa
(meticulosamente desabotonada)
y aquí en el Chaco llueve desde hace varios días.
Alfredo Veiravé
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