Cascos Amarillos


In memorian
Un hombre, por puro desatento,
se cayó de un andamio.
Ayer se descuidaron cuatro bolivianos.
Hoy cinco, de puro distraídos,
se asfixiaron en el derrumbamiento.
Y el montacargas aplastó a un tucumano.
Y se le cortó la soga al paraguayo,
al silletero.
Debo pensar
que estos obreros de la construcción
vienen cada vez más negligentes
y a ensuciarnos con sangre todo el diario.
Al paso que vamos...
¡Ya no se podrá confiar en nadie!
 
 Marisa Wagner

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