Imposible componer un poema a estas alturas de la evolución de la humanidad.
Imposible escribir un poema -ni aún una línea- de verdadera poesía.
El último trovador murió en 1914.
Tenía un nombre del que ya nadie se acuerda.
Hay máquinas terríblemente complicadas para las necesidades más
sencillas.
Si quieres fumar un puro aprieta un botón.
Las chaquetas se abotonan electrónicamente.
Se hace por el telégrafo el amor.
No se necesita estómago para la digestión.
Un sabio declaró a O Jornal que falta aún mucho para que alcancemos un nivel razonable de cultura. Pero para entonces, felízmente, estaré ya muerto.
Los hombres no mejoraron
y se matan como chinches.
Las chinches heroicas renacen.
Inhabitable, el mundo está cada vez más habitado.
Y si los ojos reapredieran a llorar habría un segundo diluvio.
(Me parece que escribí un poema)
Carlos Drummond de Andrade
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