Enigma


Con todos los rumores que, mezclados,
 suben a lo infinito,
 ha querido formar el hombre, ansioso,
 de libertad el sacrosanto himno.

 Notas, murmullos, huracanes, risas,
 palabras y suspiros,
 nada es bastante; el himno deseado
 siempre incompleto resonó en mi oído.

 Mientras me lleve por el mar del mundo
 la nave del martirio,
 no espero ya escucharlo; falta un eco
 universal, espléndido y divino.

 Tal vez la eternidad es solamente
 quien guarda ese sonido,
 y el velo de la muerte cubre el arpa
 donde resuena el suspirado himno.

Concepción de Estevarena

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