De la brevedad engañosa de la vida



Menos solicitó veloz saeta
destinada señal, que mordió aguda; 
agonal carro por la arena muda 
no coronó con más silencio meta, 

que presurosa corre, que secreta
a su fin nuestra edad. A quien lo duda, 
fiera que sea de razón desnuda, 
cada sol repetido es un cometa. 

¿Confiésalo Cartago y tu lo ignoras?
Peligro corres, Licio, si porfías 
en seguir sombras y abrazar engaños. 

Mal te perdonarán a ti las horas;
las horas, que limando están los días, 
los días, que royendo están los años.



Luis de Góngora y Argote

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