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Asistir un sábado por
la tarde a una librería
sin sopesar
los tontos que éramos
que plagiábamos hasta la
desdicha y el suicidio.
Asistir un sábado a la
librería
para copiar a Silvia Plath
o al más cercano vecino.
Aunque igual
casi todo convergía siempre
en infortunio
era un argumento para
tener de pronto
un rapto de inspiración
y correr de vuelta a mi casa
para escribir un poema
sobre esta ciudad
que tanto detesto.

Sábado es un día para odiar
a esta ciudad
para odiar a esta ciudad
y a sus poetas
hasta la muerte.

Kornblith Martha

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