En mis pagos hay un árbol
que del olvido le llaman
donde va a despenarse, vidalitá
los moribundos del alma.
Para no pensar en vos,
bajo el árbol del olvido,
me acosté una nochecita, vidalitá
y me quedé bien dormido.
Al despertar de aquel sueño
pensaba en vos otra vez,
pues me olvidé de olvidarte, vidalitá
en cuantito me acosté.
que del olvido le llaman
donde va a despenarse, vidalitá
los moribundos del alma.
Para no pensar en vos,
bajo el árbol del olvido,
me acosté una nochecita, vidalitá
y me quedé bien dormido.
Al despertar de aquel sueño
pensaba en vos otra vez,
pues me olvidé de olvidarte, vidalitá
en cuantito me acosté.
Fernán Silva Valdés
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