Escribo que te amo, mientras bebo el secreto licor del desvarío.
Escribo bajo el peso suspendido de tu ausencia
-escorpión alado y mudo-
Escribo que te amo, en la noche anegada y afirmo:
tengo corazón que tiembla y suda,
como un caballo rojo.
¡Oh corazón mío!
¡Caballo palpitante y mojado!
¡Matungo de nubada enrojecida!
Le haré una pampa, con éste, tu silencio,
escribiendo que te amo,
inclinado y solo,
semejante a un puño hundido, en la noche anegada.
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