Dichosos los amantes por que les pertenece
el grano de arena
que sostiene el peso del centro de los mares.
Hipnotizados por los juegos de agua
no oyen
sino la música que sus nombres esparce.
Unidos,
pegándose entre sí como los animalitos aterrados
que presienten que van a morir, tiemblan sus partes.
Nada les es ajeno.
Para ellos contra viento y marea
sólo tienen sentido las embellecedoras palabras
de todo lo que existe: -te amo, juntos hacia el final
llegaremos a viejos.
Los cuervos y las cuervas les sacarán los ojos,
los bellos gestos, incluso la luna del espejo,
pero no el fuego,
de donde surgirán de nuevo los amantes.
el grano de arena
que sostiene el peso del centro de los mares.
Hipnotizados por los juegos de agua
no oyen
sino la música que sus nombres esparce.
Unidos,
pegándose entre sí como los animalitos aterrados
que presienten que van a morir, tiemblan sus partes.
Nada les es ajeno.
Para ellos contra viento y marea
sólo tienen sentido las embellecedoras palabras
de todo lo que existe: -te amo, juntos hacia el final
llegaremos a viejos.
Los cuervos y las cuervas les sacarán los ojos,
los bellos gestos, incluso la luna del espejo,
pero no el fuego,
de donde surgirán de nuevo los amantes.
Roberto Sosa
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