Testimonio



¿Y si Dios no existiese? ¿Si todo feneciera 
con el postrer aliento de la fatal partida? 
¿Sería razonable que la mujer pusiera 
sus hijos en un mundo que a la muerte convida?
 
Si la existencia fuese fugaz, perecedera, 
sufriendo siempre en vano, sin encontrar salida 
ni alentar en el alma esperanzada espera: 
a más hijos y muerte equivaldría la vida.
 
La que tiene conciencia de un niño en las entrañas 
espere en Dios segura, depurada la mente, 
sin dudas ni presiones de influencias extrañas, 
pues quien confía en El, irresistible, siente 
la Presencia Divina como sublime aserto. 
Que en Dios sólo se vive para siempre, es lo cierto.

 
Marilina Rébora

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