Taller de la memoria



I

No para recuperar
ni para hacer de ti
de la memoria
un espacio habitable;
apenas ejercicio de la mano
que vuelve a hacer
a deshacer
la trama del deseo:

lo perdido y traicionado,
el tiempo sin fruto.


II

Un tejido hacia atrás,
un intervalo
lúcido no cabe,
tal vez penosamente
sentimental
donde zurcir agujeros,
pasos a destiempo:

la fantasía,
lo puro imaginario,
que no sólo a Macedonio
consolaba.


III

Negar la historia,
la sucesión de gestos,
fechas, circunstancias
que afirman una identidad:

ser padre, madre, hijo
-como quería Artaud-
desde la protesta,
el gusto amargo
de la edad mediana.


IV

¿Amores?
En las novelas del siglo XIX
en los cuentos de hadas.
¿Amigos?
Aquiles y Patroclo,
Hamlet y Horacio.
Scherezade y el lenguaje.
¿Familia?

La mano deja de escribir:
en el patio de atrás
la historia sangra.


V

¿No era que historia no,
nada de fechas que matan
como flechas ni patios
de identidad en el puro
ejercicio literario?

La mano, culpable
de ingenuidad,
pierde los dedos
en los dientes del oficio.
 
 

en Taller de la memoria.
Ediciones del Copista, Colección Fénix, 1998.
Cristina Piña

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